Vida y Democracia

“No basta con pensar en la muerte, sino que se debe tenerla siempre delante. Entonces la vida se hace más solemne, más importante, más fecunda y alegre”.

Stefan Zweig

Desde hace unos días vivimos un ambiente convulso por el supuesto trato dispensado a los inmigrantes que intentaban llegar a nado a tierras ceutíes. Según parece, quienes creían iban a ser recibidos por un país civilizado tuvieron que hacer frente a botes de humo, pelotas y balas de fogueo. Quince personas murieron en este suceso.

Como era de prever, el sistema ha articulado la herramienta de cortina de humo mediático, sazonándonos con un constante cruce de acusaciones sobre responsabilidades políticas, judiciales, policiales… En última instancia, independientemente de los juicios de valor o las justificaciones legales con que tratemos de validar nuestros actos; independientemente del juicio moral hacia los dirigentes que están aprovechando estas muertes para erosionar el prestigio político del adversario; independientemente de la normativa aplicable y del comprensible grado de presión de los cuerpos de seguridad del Estado; independientemente de todos los peros, España se ha consolidado como uno de los países europeos que más peligrosamente avanzan hacia esa temible por estúpida locura intransigente de los regímenes totalitarios… Y todo sucede ante los ojos de la sociedad, que más allá de las críticas en las redes o las denuncias en corrillos, no ha sabido encauzar vías efectivas que nos alienten a personarnos mayoritariamente en las calles para exigir cambios y responsabilidades.

Sí ha ocurrido este acto de afirmación social en el tema de la ley del aborto. Se ha tratado de destacar el derecho que tiene la mujer a decidir si sigue o no adelante con el proceso de gestación de una vida; es decir, a elegir suprimir voluntariamente el curso natural del embarazo en su cuerpo. Muchos colectivos se han aunado en su lucha porque sobreentienden que este derecho no vulnera el derecho a nacer del ser vivo no manifiesto, especialmente en los casos en que su nacimiento pusiera en alto riesgo la vida de su madre, o bien en su formación física o mental arrastrase anomalías graves que mermaran de por vida su estancia en este planeta.

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