En un interesante documental, «La ciencia del estrés», de National Geographic, se muestra el paralelismo entre el estudio realizado por Robert Sapolsky sobre el comportamiento social de primates en África y el de Michael Marmot sobre la jerarquía de trabajadores de la administración pública inglesa.
En ambos estudios se llegó a dos interesantes conclusiones que creo merecen ser meditadas:
1.- Los ejemplares más sumisos del grupo de primates, junto con los trabajadores más sometidos y con menor capacidad de elección en sus funciones, desarrollaban mayor estrés. Éste repercutía en ambos grupos en su estado de salud, tanto mental como física (desde disminución de las neuronas hasta deterioro arterial).
2.-Las personas desarrollan mayor estrés, no ya sólo por la situación de sometimiento con la que aceptan vivir o trabajar, sino por cómo se sienten. Es decir, si se sienten estresadas, mayor será su grado de estrés y sus efectos manifiestos.
Se hace patente que cómo interpretamos nuestra situación (que no deja de ser una reacción a lo que es), afecta a cómo nos sentimos y a lo que vamos atrayendo en sintonía a ese sentir.
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