Sentirse estresado estresa

En un interesante documental, «La ciencia del estrés», de National Geographic,  se muestra el paralelismo entre el estudio realizado por Robert Sapolsky  sobre el comportamiento social de primates en África y el de Michael Marmot sobre  la jerarquía de trabajadores de  la administración pública inglesa.

En ambos estudios se  llegó a dos interesantes conclusiones que creo merecen ser meditadas:

1.- Los ejemplares más sumisos del grupo de primates, junto con los trabajadores más sometidos y con menor capacidad de elección en sus funciones, desarrollaban mayor estrés. Éste repercutía en ambos grupos en su estado de salud, tanto mental como física (desde disminución de las neuronas hasta deterioro arterial).

2.-Las personas desarrollan mayor estrés, no ya sólo por la situación de sometimiento con la que aceptan vivir o trabajar, sino por cómo se sienten. Es decir, si se sienten estresadas, mayor será su grado de estrés y sus efectos manifiestos.

Se hace patente que cómo interpretamos nuestra situación (que no deja de ser una reacción a lo que es), afecta a cómo nos sentimos y a lo que vamos atrayendo en sintonía a ese sentir.

La armonía del vacío

Hasta hace poco, imaginaba que las piedras apiladas como éstas, reflejaban el poder creativo de la unión, de la superación; eran como  los  castellers.

Sin embargo, a diferencia de los castellers, donde hay un elemento activo (yang), un esfuerzo, una meta simbolizada en el último individuo que corona la estructura, estas construcciones de piedras manifiestan lo que no se ve: el equilibrio (yin) (sin esfuerzos) que armoniza y hace posible el orden de las cosas dentro del caos de las infinitas posibilidades de creación que yacen latentes en el campo de lo no manifesto; incluyendo, por supuesto, el equilibrio de los procesos bioquímicos de cualquier forma de vida,  desde una galaxia,  un planeta, una persona o una piedra.

Entre el cielo en la tierra

Resulta difícil mantener la atención consciente en ese estado intermedio, entre la dualidad que constituye nuestra experiencia existencial: no descuidar el cariño, las necesidades y el respeto por nuestro cuerpo y sus instintos naturales, así como tampoco enturbiar la labor de limpieza de nuestra mente y nuestro corazón en obras, pensamientos y sentimientos.

Ese estado intermedio no ha de ser necesariamente religioso. La oración y la meditación son sólo dos vías, pero puede hallarse corriendo, pescando, cosiendo, cocinando: en cualquier actividad en que haya tal entrega natural por nuestra parte, que nos olvidemos de verbalizar internamente lo que estamos experimentando en ese momento y simplemente seamos uno con la experiencia que estemos viviendo.

Vivencias plenas que todos hemos tenido la dicha de experimentar: la emoción de la plenitud, tan viva y profunda como serena.

El toro loco

Se suele hablar sobre la naturaleza huidiza de la mente y su innata capacidad para socavar nuestra atención. La intelectualización del concepto -intelectualización que como tal realiza la mente- sólo señala la realidad de la experiencia. Experimentar esa realidad -ser testigo en primera persona de su constante huir, esquivo y enfermizo-, genera malestar, dolor: miedo... Ser capaz de mantenerse si quiera por unos instantes atento, centrado -observando sin juzgar-, abre la puerta a un caudal no siempre grato de sentimientos, emociones y recuerdos que creíamos muertos.

La presencia del toro nos enseña a ocuparnos de nuestra propia lidia y a ser comprensivos y compasivos con nuestras constantes cegueras y, por proyección, con las de cada ser humano, que como tal,  por su propia condición, entabla consigo constantemente su propia lidia, tan propia de sí y de sus circunstancias como tan cercana en esencia a la nuestra.

«Faces: souls, experiences & famous quotes», actualizado

Hace tiempo creé una presentación que ha tenido cierta aceptación. El hosting donde estaba hospedada eliminó en su momento el audio por cuestiones de copyright. Aproveché esta situación para retocar y añadir algunas cosas; por supuesto, incluye el audio original. Espero les guste.

Hasta dentro de un par de semanas.  Cuídense e intenten ser felices. (Intentaré hacer lo propio:)