5/5 La Sabiduría reside en el Corazón

5 La Sabiduría reside en el corazón

Todo el proceso de nuestra vida busca en gran medida aprender a amarnos. Aprender a amar la vida completa que experimentamos, momento a momento. Ese aprendizaje consiste principalmente en soltar, liberar, perdonar las heridas emocionales que suceden sobre todo en nuestra infancia.  Es un proceso que nos exige amor propio, humildad y paciencia.

Amor propio, porque en más de una ocasión necesitaremos de ese valor adicional que nos da el amor, para afrontar una vieja herida que, quizás, hemos ocultado en algunos aspectos. Pero claro, la herida se sana toda o no se sana, y eso implica revivir emocionalmente ese dolor.

Humildad, porque en más de una ocasión acabaremos por darnos cuenta de que el juez más duro e inflexible ha sido uno mismo, y que también hemos actuado con poca empatía, aunque en su momento no lo vimos así. Es un proceso de humildad y honestidad, pero que a pesar de su dolor, o debido a ello, suele resultar muy sanador. Continúa leyendo 5/5 La Sabiduría reside en el Corazón

4/5 Sólo existe el Presente

4 Sólo existe el Presente

La única realidad con valor es el presente. El punto en que el tiempo y el espacio se encuentra como realidad es justo ahora, en cada instante presente. De hecho, el pasado y el futuro son en los hechos recreaciones mentales que hacemos, justamente, en el único momento realmente existente: el presente. Por supuesto existe una escala de tiempo que hace posible nuestra vida en sociedad, pero a nivel individual, como experiencia, lo único real y manifiesto sucede siempre en el instante presente. No es sólo un concepto ni una reflexión sino una realidad que hay que abordar desde sus distintos frentes, para poder vencer así tantos años de condicionamiento sobre la verdad de las cosas. Continúa leyendo 4/5 Sólo existe el Presente

3/5 La muerte no es el fin de nuestro ser

3 la muerte no es el fin de nuestro ser

La experiencia de la muerte está presente en el relato desde su inicio. Al fin y al cabo, no sólo es una cuestión filosófica sino un hecho: la muerte es una parte inseparable de la vida. Al igual que sucede con la respiración –cuyo ciclo incluye dos movimientos aparentemente opuestos-, la vida conlleva la creación y destrucción de todas las formas de vida, ya hablemos de los reinos mineral, vegetal o animal. Sin embargo, a pesar de su vínculo indivisible con la vida, la impotencia al no poder hallar respuesta en vida sobre qué nos sucede tras la muerte, origina la mayoría de nuestros miedos.

¿Cómo llenar ese vacío que nos genera no saber qué sucede tras la muerte? Continúa leyendo 3/5 La muerte no es el fin de nuestro ser

2/5 Tus pensamientos te engañan

2 Tus pensamientos te engañan

Tendemos a creer que la mente produce pensamientos. De hecho, la mayoría de las personas creen que su identidad, su personalidad, su “yo”,  se encuentra en ella. Sin embargo, tu cerebro y pensamientos te engañan; no son del todo fiables. La realidad que te muestran es tan cuestionable como el hecho de que, aunque el Sol sólo gira sobre sí mismo, nuestros sentidos nos hagan creer que cada día traza su órbita en el cielo.

Como cada ser vivo, podemos captar un rango limitado de la realidad. Muchos animales poseen visión nocturna o perciben un espectro de luz inapreciable para el ser humano. Es decir, la realidad es subjetiva y se limita a las capacidades perceptivas de cada ser vivo. El cerebro, dentro de su maravilloso diseño, recrea la realidad que percibe, pero a veces imagina una realidad inexistente supliendo fallos en los datos que recibe, e intenta subsanarlos con los datos ya existentes en su memoria.

Un ejemplo de esto es la imagen del rostro invertido que muestra el llamado efecto Thatcher. El cerebro no está programado para ver rostros invertidos, por lo que recrea un rostro en función de los datos que ya posee; es decir, se basa en su memoria para mostrarnos una realidad según su imaginación. Si le damos la vuelta a la fotografía nos sorprenderá ver su composición real. Continúa leyendo 2/5 Tus pensamientos te engañan

1/5 El miedo crece con miedo y se diluye en amor

1 El miedo crece con miedo y se diluye en amor

 “Un Curso de Milagros” resume todo el campo de elección de cada ser humano en dos polos aparentemente opuestos: o vivir nuestra realidad en la presencia del amor –agradecido a la vida y abierto a ella- o bien con miedo -negándola, resistiéndola, tratando de apartarla de tu vida-.  En el primer enfoque, la aceptación de la experiencia se vive conscientemente con apertura; en el segundo enfoque, el rechazo a ella puede generarnos trastornos emocionales, estrés, desgaste físico y lo peor de todo: un empoderamiento de ese miedo que no queremos asumir porque nos da miedo experimentarlo.

Curiosamente, aunque suene a trabalenguas, es el miedo al miedo lo que alimenta al miedo, mientras que una actitud abierta, centrada, paciente y agradecida ante la vida, nos ayuda no sólo a sobrellevar ese momento, sino que nos desvela un campo más amplio y enriquecedor que la reacción de rechazo a la experiencia que nos toque vivir. Continúa leyendo 1/5 El miedo crece con miedo y se diluye en amor